miércoles, 24 de octubre de 2012

La leche que te dieron




Una de las características definitorias de los mamíferos, tan importante que nos da nombre es que contamos con unas glándulas sebáceas, modificadas como glándulas mamarias, capaces de producir leche con la que alimentamos a nuestras crías.

La leche es una secreción con una composición bastante compleja, en líneas generales podríamos decir que cuenta con una serie de componentes nutricionales e inmunitarios entre otros componentes.

Sobre los componentes nutricionales de la leche.

La leche materna contiene los nutrientes necesarios para el desarrollo de las crías: grasas, proteínas, glúcidos, vitaminas, minerales y por supuesto agua.

Claro está, las necesidades nutricionales de las crías de una especie no van a ser iguales a las de otra especie, la leche humana contiene los nutrientes que necesitan las crías humanas, y la leche de una cabra tendrá los nutrientes adecuados para sus crías. La leche de vaca por ejemplo, es mucho más rica en algunos nutrientes que la humana, pero que tenga más nutrientes no significa que sea bueno alimentar con ella a un bebe humano, o como en la fotografía un bebe canino, pues los riñones de estas crías, aún inmaduros funcionalmente, pueden ver agotada su capacidad para excretar el exceso de nutrientes, además, existen otras sustancias que no están en la leche de vaca y si en la humana, como la vitamina E o el hierro.

Aunque a favor de la leche de vaca debemos decir que esta contiene un gran aporte de vitamina D que no tiene la leche humana. Siendo esta vitamina la responsable de la fijación de fosfato de calcio en dientes y huesos. Por ello en algunos casos los médicos pueden indicarles a las madres que les den suplementos de vitamina D a los lactantes. Y por esto también es tan importante tomar leche para tener unos huesos fuertes.

No obstante, y aún siendo un alimento tan completo, mucha gente se empeña en decir que la leche debería dejar de ser consumida tras el destete. Para decir esto se basan en que somos la única especie de mamíferos que continúa consumiendo productos lácteos después de dicho momento, y que muchas personas sufren de intolerancia a la lactosa, de hecho un 75% de la población mundial lo es.

La leche contiene un azúcar conocido como lactosa, que no puede ser absorbido por nuestro intestino. Las crías de mamíferos liberan en su intestino una enzima, la lactasa, que divide la lactosa en otros dos azucares más sencillos, glucosa y galactosa, que si son absorbidos por el intestino delgado, siendo aprovechados como nutrientes.

Tras el periodo de lactancia todas las especies de mamíferos dejan de producir dicha enzima, todas menos una parte de la población humana que cuenta con una mutación que desactiva la parada programada de la producción de esta enzima.

Esta mutación se ha podido dar varias veces en la evolución, pero en aquellas poblaciones humanas en las que es frecuente el consumo de leche debido a su tradición ganadera, se ha permitido su selección natural, mientras que en las poblaciones en las que no existía tanta tradición ganadera, o se consumían derivados lácteos sin lactosa, como los yogures (donde las bacterias que fermentan la leche eliminan la lactosa), no se ha dado dicha selección, determinando que dicha población sea mayoritariamente intolerante a la lactosa.

En los seres que no producen o producen insuficiente lactasa, la lactosa al no ser absorbida llega al colon donde es fermentada por una serie de bacterias, lo que produce algunas sustancias que alteran la acidez del medio, y otras sustancias gaseosas como metano e hidrógeno, las cuales producen una serie de molestias características de la intolerancia a la lactosa, como náuseas, dolor abdominal, flatulencias, diarreas…

La solución para las personas intolerantes a la lactosa es tan simple como dejar de consumir productos lácteos, o al menos asegurarse de consumir productos lácteos libres de lactosa. Pero como siempre está la posibilidad de tener que comer fuera de casa productos que no pueden saber si contienen o no lactosa, en el mercado también pueden encontrar suplementos de lactasa en capsulas.

Después de todo esto entenderá que si usted no es intolerante a la lactosa es un mutante capaz de consumir lactosa sin problemas, y por lo tanto no tiene que dejar de consumirla por mucho que algunas empresas se empeñen en venderle que es más sano consumir productos sin lactosa.

Sobre los componentes inmunitarios de la leche.

Como los bebes no nacen con un sistema inmune maduro para poder defenderse de los agentes patógenos, requieren de una ayuda externa, lo que se conoce como una inmunidad pasiva.

En algunas especies como la nuestra, la madre transfiere anticuerpos (del tipo IgG) a través de la placenta lo que permite que la pequeña criatura tenga altos niveles de anticuerpos desde incluso antes de nacer. Esta inmunidad pasiva que recibe el bebe es continuada cuando nace a través de la leche materna, que incluye anticuerpos (especialmente los IgA), que van a actuar contra los virus y bacterias para los que hayan sido producidos, y aquí reside un punto muy importante, “contra los que hayan sido producidos”.

Los anticuerpos se producen ante agentes reconocidos como extraños a los que se encuentra expuesto el sistema inmune, de modo que una mujer que no esté sometida a la presencia de una determinada bacteria no puede producir defensas en su leche contra dicha bacteria. Como comprenderán, que una cría como la de la foto se alimente de una leche materna procedente de una hembra con la que no convive, como una vaca que vive en el otro extremo del país, y que por lo tanto no está expuesta a los mismos agentes patógenos, supondrá que la cría obtenga defensas frente a patógenos contra los que no se va a enfrentar, y que tenga carencia de defensas contra otros patógenos con los que si se encontrará.

No le extrañará ahora saber que mi profesor de inmunología siempre decía que si encontraba alguna alumna suya dándole leche de vaca a un bebe iba a quitarle el biberón y lanzarlo al tejado más cercano.

También hay que reconocer que además de los anticuerpos, que suponen una inmunización específica, existen otras sustancias inmunitarias no específicas, como son el factor bífido, los componentes C3 y C4 del complemento, la lactoferrina, la lisozima, la lactoperoxidasa, el ácido neuramínico… que van a presentar actividad antimicrobiana.


Sobre otros componentes de la leche.

Muchas de las sustancias presentes en la sangre de la madre pueden terminar en su leche, por lo que podemos encontrar en la leche algunas cosas que no tendrían por qué estar allí, y otras que sí.

Muchas hormonas maternas, por el mero hecho de estar en la sangre pueden terminar en la leche materna. De estas hormonas, algunas tienen funciones conocidas en el lactante, así por ejemplo las prostaglandinas protegen a las células intestinales del bebe, y la eritropoyetina estimula su eritropoyesis (formación de glóbulos rojos).

También podemos encontrar células del sistema inmune materno, como linfocitos B y T, que estando encargadas de la defensa inmune de los senos han acabado en la leche, pero que no tienen ningún valor inmunológico para el lactante.  

Además, como se podrá deducir, es también posible que lleguen a la leche sustancias “extrañas”, incluso tóxicas, como pueden ser medicamentos o alcohol, por lo que la madre debe controlar el consumo de determinadas sustancias no solo durante el embarazo, sino también durante la lactancia de sus hijos, sin olvidarnos por supuesto de los virus, que también pueden ser transmitidos desde la sangre a la leche materna, como es el caso del VIH.

domingo, 7 de octubre de 2012

Los clones


En el universo ficticio de Star wars, el ejercito de la República está principalmente compuesto por soldados clónicos producidos en serie. Compartiendo todos ellos un genoma idéntico al de Jango Fett, un cazador de recompensas Mandaloriano.

Tener una fotografía de un soldado clon de Star wars se me antoja como una buena excusa para poder hablar un poco de clonación, total, no todos los días tengo un “clon” para fotografiarlo, ¿o sí?

Generalmente hablamos de la clonación como un proceso artificial por el cual, a través de técnicas de laboratorio, se crean organismos que cuentan con el mismo material genético. Esto en muy resumidas cuentas se puede llevar a cabo de dos formas:

  • Cuando el embrión está en sus primeras fases de desarrollo, y cuenta con hasta 8 células, estas se encuentran tan indiferenciadas que podemos separarlas y producir un organismo completo a partir de cada una de ellas, obteniendo hasta 8 clones de un embrión.
  • Otra posibilidad es sustituir la información genética de un ovulo o cigoto por la de otra célula, sea esta de un individuo ya nacido o no, generando un clon del mismo.

La clonación artificial abre un abanico de posibilidades enorme, y en algunos casos encontramos verdaderos debates bioéticos sobre cuáles deben ser los límites. Pero no voy a tirar hoy por esos derroteros, me apetece más volver a la cuestión que me hacía antes ¿Me hubiera costado encontrar clones reales para fotografiarlos?

La verdad es que no me hubiera costado mucho, puesto que la clonación es la forma natural de perpetuarse de la gran mayoría de los organismos.

Todos los seres que se reproducen de forma asexual, donde no se produce una fertilización, existiendo solo un progenitor involucrado, establecen una descendencia realizando clones de sí mismos, una progenie idéntica a su progenitor.

Y la reproducción asexual es el método reproductivo principal en la gran mayoría de los organismos unicelulares, pero también aparece en muchos organismos pluricelulares. En plantas y hongos es muy común.

De hecho, sin que mi abuela haya estudiado genética en la vida, ella es una crack de la clonando vegetales, tiene una habilidad increíble para crear clones de plantas. Ella toma un fragmento de un vegetal, lo que se conoce como un esqueje, y lo planta en otra maceta, y obtiene una nueva planta que es un clon de la primera.

Y después de esto se dará cuenta rápidamente que muchos animales son capaces de producir clones de sí mismos de forma natural. Solo tiene que pensar en aquellos que a partir de un fragmento de su cuerpo puedan generar un nuevo organismo, por supuesto otro clon. Las estrellas de mar, o las esponjas.

Y muchos animales se reproducen de forma asexual por partenogénesis. La hembra produce gametos femeninos que no son fecundados por un macho generando una prole de clones de la hembra. Y ejemplos de partenogénesis encontramos en insectos, anfibios, reptiles y aves. Por decir alguno penemos en las abejas: La reina pone los huevos, si estos son fecundados nacen abejas hembras, y si no son fecundados se desarrolla igualmente el huevo dando un macho.

Y finalmente, ¿podría encontrar mamíferos que produjeran clones de forma natural? Por supuesto que sí, es más, yo mismo conozco a dos chicas que son clones. Porque poco después de que el ovulo de su madre y el espermatozoide de su padre se unieran, durante las primeras fases del desarrollo del embrión, se produjo una escisión accidental del mismo que llevó a formarse dos embriones con la misma información genética. Vamos, lo que se conoce como gemelas.

Así que la verdad… me podría haber currado más la foto de esta entrada, y en vez de poner a un chico disfrazado de un soldado clon, podría haber salido esta tarde con la cámara a dar un paseo con la idea de fotografiar clones y traer un puñado de fotos de clones naturales… pero bueno, ya está hecho.