Si se ha portado mal a lo largo del año, esta noche los Reyes Magos, a modo de reproche, le habrán traído carbón. Pero no se preocupe, que no hay mal que por bien no venga.
Puede ser que el carbón que le hayan regalado sea carbón dulce, por lo que puede sentirse afortunado si usted es goloso/a. Se trata de una chuchería de aspecto rocoso similar al carbón natural, aunque generalmente yo diría que a simple vista se parece más a piedras volcánicas, como una liparita, antes que a una roca sedimentaria como es el carbón natural, pero bueno, no nos vamos a poner tiquismiquis en este día tan especial.
Otra posibilidad es que le hayan traído carbón vegetal o natural, el cual tiene muchas aplicaciones, desde preparar una barbacoa con sus amistades, hasta poner en marcha su propia central termoeléctrica.
Si ha sido bueno, y no le han traído carbón, no se preocupe. Vamos a aprender a prepararlo en sencillos pasos.
Puede ser que el carbón que le hayan regalado sea carbón dulce, por lo que puede sentirse afortunado si usted es goloso/a. Se trata de una chuchería de aspecto rocoso similar al carbón natural, aunque generalmente yo diría que a simple vista se parece más a piedras volcánicas, como una liparita, antes que a una roca sedimentaria como es el carbón natural, pero bueno, no nos vamos a poner tiquismiquis en este día tan especial.
Otra posibilidad es que le hayan traído carbón vegetal o natural, el cual tiene muchas aplicaciones, desde preparar una barbacoa con sus amistades, hasta poner en marcha su propia central termoeléctrica.
Si ha sido bueno, y no le han traído carbón, no se preocupe. Vamos a aprender a prepararlo en sencillos pasos.
Carbón
dulce
Ingredientes
Para hacer
el almíbar:
- 700 gr. de C12H22O11, lo que viene siendo azúcar, o lo que es lo mismo sacarosa o disacáridos formados por una molécula de glucosa y una de fructosa, como usted prefiera llamarlo.
- 230 ml. de agua o H2O.
Para hacer
la Glasa:
- 200 gr. de azúcar glas, es decir, azúcar picado hasta que parezca polvo.
- 1 clara de huevo de gallina. Si usa un huevo de codorniz o de avestruz las proporciones de los ingredientes deben variar.
- Unas gotas de zumo de limón, de 5 a 10, no indico una cantidad exacta porque sé que al final usted le va a echar un chorreón diga yo lo que diga.
- Colorante alimentario negro, por ejemplo, tinta de chipirón, lo que viene siendo tinta de un calamar chiquitín, aclaro para todos aquellos que canturrean eso de “Ey, chipirón, todos los días sale el sol, chipirón, todos los días sale el sol, chipirón, todos los días sale el sol” y no saben lo que es un chipirón.
Preparación
Para elaborar la glasa, en un bol se mezcla la clara del huevo de gallina
con las gotas de zumo de limón y se añade poco a poco el azúcar glas mientras
se remueve. Una vez mezclado, se incorpora el colorante, y se sigue removiendo
hasta conseguir un producto de color homogéneo.
Para hacer el almíbar, se echan a una cazuela el agua y el azúcar, y se
calienta hasta que hierva a unos 127º C.
Se incorpora la glasa al almíbar, y removemos hasta que forme espuma.
Seguidamente se vierte la mezcla en un molde de silicona donde debemos dejar reposar
hasta que se enfríe por pura termodinámica.
Carbón vegetal (del que
venden para barbacoas, chimeneas…)
Ingredientes
- Madera y otros residuos vegetales.
Preparación
Hornear los vegetales a temperaturas de entre 400 y 700 °C, en ausencia
de oxigeno para evitar la combustión.
Primero se consigue la eliminación del agua que contuvieran
los materiales vegetales al aumentar la temperatura hasta los 100ºC. A partir
de los 150ºC comienza la descomposición de otros elementos constituyentes de la
madera, produciendo una serie de gases.
El proceso se considera que concluye cuando deja de producir
gases.
Carbón
natural (la roca)
Ingredientes
- Cuenca pantanosa a ser posible parálica, es decir, que sufra invasiones periódicas por el mar, por ejemplo, cada vez que haya marea alta. Si además la cuenca es poco profunda se favorece el crecimiento de materia vegetal.
- Restos vegetales. Estos restos pueden provenir de la vegetación propia de la zona.
- Sedimentos de tipo limo a arcilla, recomendamos la de aportes marinos, debido a que los aportes fluviales tienden a generar mayor perturbación y oxigenar el fondo de la cuenca.
- Hongos, y bacterias, tanto aerobias como anaerobias
- Agua.
Preparación
Llene la cuenca de agua y asegúrese de que está bien
estancada para limitar la renovación de oxigeno en el fondo de la cuenca.
Acumule una capa de restos vegetales en el fondo de
la cuenca, de modo que quede cubierta por el agua.
Aporte los hongos y bacterias aerobias para degradar
la lignina y la celulosa.
Cubra la capa de sedimentos vegetales con una capa
de sedimentos de tipo limo a arcilla.
Repita los últimos pasos, hasta obtener una lasaña
de sedimentos donde intercale, tantas veces como desee, las capas de restos
vegetales con capas de arena y arcilla.
La sedimentación en capas y la poca perturbación del
medio permite situaciones de anoxia, impidiendo que continúe la putrefacción típica
de la materia orgánica, y durante los 10 primeros metros las bacterias anaerobias deben ser las encargadas de continuar
el proceso bioquímico, con una fermentación que va a liberar distintos gases (CH4, CO2 y H2S),
ácidos húmicos, y sustancias bituminosas.
A lo largo de este proceso vamos a transformar los sedimentos vegetales a turba, con una humedad de un 90% y una concentración de carbono entre un 45% y un 65%. Por compresión, debido a las capas de sedimentos dispuestas por encima, conseguirá transformar su turba a lignito, que ya se considera carbón, el cual tienen mucho menor contenido en agua y una concentración de carbono que varía entre el 60% y el 75%.
Si deseamos un carbón más energético, debemos comprimir más el lignito, por lo que es recomendable que proceda con una subsidencia del terreno para conseguir enterrarlo a mayores profundidades. Unos 3000 metros de profundidad pueden ser una buena opción, allí se encontrará con una temperatura de unos 150ºC aproximadamente, que permitirán continuar el proceso de transformación del carbón.
Tras unos cuantos millones de años puede conseguir su propia hulla, con una concentración de carbono entre 75% y 90%. Esta ya puede aprovecharla para poner en funcionamiento su propia central termoeléctrica.
Si aún así, usted es de los que piensa que "de hacerlo, hacerlo entero", necesitará dejar los ambientes sedimentarios y pasar a los metamórficos. Le recomendamos que provoque algunos procesos de deformación geológica en la zona en la que estén ubicadas sus hullas, un par de movimientos de placa, o sobre todo una intrusión ignea en las proximidades de su hulla, que puedan aportarle unas temperaturas entre 170º y 250ºC, necesarias para conseguir la transformación a antracita, con más de un 90% de riqueza de carbono.
Me gusta, por ese tonillo irónico que tiene tu redacción que siempre me arranca una sonrisa
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