miércoles, 20 de febrero de 2013

Aseándome con una… fruta.


Asearse con el difunto cadáver de un porífero está bien, pero son esponjas muy suaves, quizás demasiado, por eso las esponjas marinas son muy recomendables como uso de esponja de aseo para personas con pieles delicadas y sensibles, o como uso de esponja desmaquillante. 

Para pieles menos delicadas se pueden usar otras esponjas naturales, las vegetales. 

Dentro de la familia de las cucurbitáceas, la que incluye al melón, el pepino, la sandía… podemos encontrar el género Luffa, cuyos frutos son utilizados como esponjas vegetales.

Las luffas son unas plantas trepadoras, perennes, propias de zonas tropicales, aunque se puede plantar también en zonas templadas.

De las 7 especies que incluye el genero Luffa, las más cultivadas son las especies Luffa acutangula y Luffa aegyptiaca (las fotografías que ilustran este post pertenecen a un fruto de esta última).

La planta es monoica (una misma planta presenta ambos sexos) y cuenta con con flores masculinas y flores femeninas de vida muy corta, ambas de color amarillo brillante. La polinización cruzada (entre flores de individuos diferentes) se produce gracias a diversos polinizadores, especialmente las abejas.

La flor da lugar a un fruto cilíndrico, y verde con bandas oscuras longitudinales que puede medir entre unos 10 y 30 cm de largo, aunque algunas variedades pueden alcanzar el medio metro.

La fruta inmadura es comestible, de hecho, se consume frecuentemente en Asia. Pero cuando madura, deja de ser comestible, su cascara toma un color amarillento, casi naranja, mientras que su interior se vuelve muy fibroso. 

Al pelar el fruto, descubrimos una red de fibras interna, la esponja vegetal. En el interior de esta red encontramos las semillas del fruto, de aspecto oblongo-ovado, lisas, y de color negro.




Esta red de fibras que nos proporciona la luffa ha tenido distintos usos, como manoplas, plantillas para los zapatos, almohadillas, estropajos para la vajilla más delicada… Pero por su uso principal es el de esponja para la higiene. Así, son populares sus esponjas para uso facial y corporal, los guantes de lufa, los cepillos para la espalda…

Debemos tener en cuenta que la textura de esta esponja la convierte en un estupendo exfoliante para la piel. Así como, al frotarnos con ellas, estimulamos la circulación sanguínea.

Bien humedecida, esta esponja es idónea para usarla en el aseo diario, especialmente para frotar la espalda, hombros, glúteos y piernas.

También puede ser usada como exfoliante facial, especialmente para las pieles grasas, pues nos ayuda a limpiar los poros y a evitar los brillos. Se recomienda usar no más de una vez en semana, siempre bien humedecida, y con un jabón neutro.

Cabe recordar que debido a su poder exfoliante no es aconsejable para pieles delicadas, como las de los bebés, o pieles sensibles, dañadas o irritadas. 

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