Después de las alegrías que nos daba el viernes la exposición Ventanas a La Concepción, ayer se despertaba el botánico de Málaga con una mala
noticia, un enorme Ficus había caído durante la noche. Al estar situado próximo
a la entrada de la Casa Palacio de los Marqueses de la Casa Loring, a priori podemos
deducir que debió ser instalado allí a mediados del s.XIX, datos que supongo
que podrá concretar mejor el equipo de biólogos del Jardín cuando estudien los
restos del difunto.
Pero la caída de este Ficus centenario no ha sido la única
mala noticia para nuestro botánico, pues con su caída se ha llevado por delante
muchas otras plantas que estaban a su alrededor, como ejemplares de Phoenix canariensis, Jacaranda sp., Acer negundo... y muchas otras más que no
sabremos el nivel de daño que habrán sufrido, y si podrán sobrevivir o no, hasta
que no se retire el Ficus.
La caída de estos ejemplares
corta ahora mismo distintos caminos próximos a La Casa Palacio, y con su
retirada, generarán un claro en el corazón del jardín que seguro que con mimo
podrá poco a poco ser recuperado.
Pero aún así, hay perdidas que son irrecuperables, como el caso de una palmera de la especie Archontophoenix cunninghamiana. El ejemplar perdido, de valor incalculable, tenía más de 100 años y era una de los ejemplares más altos y antiguos de Europa, muy posiblemente el más alto al aire libre de toda Europa, pues en otros jardines botánicos de Europa solo consiguen que crezca dentro de invernaderos.
Las labores de limpieza de la zona han comenzado esta mañana, y puede que duren algunas semanas debido a la gran cantidad de material a retirar, el esfuerzo que supone seccionar al enorme gigante con cuidado, por si pudiera salvarse algo de lo que queda bajo él, y porque el tiempo parece que puede que no acompañe a lo largo de la semana.
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